En 1964, cuando el Journal of the American Medical Association* publicó los resultados del primer estudio sistemático destinado a identificar la baja mortalidad por enfermedades cardiacas de Roseto (un pequeño pueblo de descendientes de italianos de Pensilvania, USA). Los investigadores, dirigidos por el doctor Stewart Wolf, jefe del departamento de medicina de la University of Oklahoma, descubrierón que la tasa de mortalidad por problemas cardiacos:
- Aumentaba con la edad a nivel nacional
- Pero en Roseto, era cero para menores de 45 y casi a cero para hombres de 55 a 64 años
- Y la misma tasa, en los hombres mayores a 65 años, era equivalente a la mitad promedio nacional
Los expertos estaban desconcertados. Los hombres de Roseto fumaban, bebían vino sin restricciones y hacían trabajos físicos duros en las canteras locales. Sus dietas incluían alimentos fritos y mantequilla de cerdo.
El estudio descartó causas genéticas y otras causas físicas para la tasa enfermedades cardíacas en los hombres. Luego de observar la tasa de criminalidad cero del pueblo y la falta de solicitudes de asistencia pública, los científicos determinaron finalmente las razones del llamado «efecto Roseto» a una comunidad fuerte y solidaria compuesta de familias muy unidas. Otros factores identificados por los investigadores incluían pocas disparidades de riqueza, un rechazo por la exhibición ostentosa de riqueza y la evitación activa de la «cultura del consumo». Todos estos factores, tomados en conjunto, resultaron ser tan poderosos al menos como los atributos de un estilo de vida sano centrado en el ejercicio regular y la abstinencia del tabaco.
Durante el programa "Mindfulness y compasión para la salud - MBPM" señalamos que tratarse y aceptarse a uno mismo de manera un poco más amable y compasiva es bueno para la salud y el bienestar global. Por está razón practicamos "la meditación de la aceptación compasiva". Pero el ejemplo de Roseto pone de relieve que no basta con ello. Es necesario que ampliemos el círculo de la compasión hasta llegar a incluir a todos aquellos que compartan nuestra vida, por más fugazmente que sea. A partir de la semana 7 del programa comenzamos a prácticar "la meditación de la conexión".
Con esta meditación aprenderás a ampliar un poco más el círculo de la compasión hasta llegar a incluir a otras personas que comparten tu vida e, idealmente, más allá incluso… o, dicho en otras palabras, pondrás en práctica el «efecto Roseto». La meditación que proponemos esta semana te pedirá que evoques sentimientos de amor, bondad y conexión social y la extiendas luego más allá todavía. Es por ello que, independientemente de lo aislado que inicialmente pueda estar, esta meditación te ayudará a sentirte más arraigado, integrado y total. Un sentido de mayor conexión y de la "humanidad compartida con todos los seres"
La doctora Barbara Fredrickson** de la University of North Carolina en Chapel Hill, ha dedicado muchos años al estudio de las meditaciones basadas en el amor incondicional [mettabhavana en pali, loving kindness en inlgés], de las que forma parte la meditación de la conexión. Los resultados de la investigación realizada por su equipo han puesto de relieve que son muy poderosas para desactivar los síntomas del dolor crónico y del sufrimiento ya que generan un aumento los recursos psicológicos de satisfacción. Y ello ocurre, en su opinión, porque «cuando las personas abren su corazón a las emociones positivas, plantan semillas que, al crecer, dan frutos muy positivos».
*JAMA (Journal of American Medical Association). 8 de junio de 1964; 188:845–849
**“Fredrickson, Barbara L., Coffey, Kimberly A., Pek, Jolynn, Cohn, Michael A., Finkel y Sandra M. (2008), «Open Hearts Build Lives: Positive Emotions, Induced Through Loving-Kindness Meditation, Build Consequential Personal Resources», Journal of Personality and Social Psychology, 95(5), págs. 1045-62.”
Meditación "La Conexión": Escucha la pista 7 de los audios del programa programa Mindfulness y compasión para la salud - MBPM (15min.)