En muchos sentidos este aspecto de la práctica de meditación es el corazón del programa de RespiraVida Breathworks.
La Atención Consciente o mindfulness en su mejor expresión está imbuida de amabilidad y compasión. En la tradición budista se dice que sabiduría y compasión son como las dos alas de un pájaro y mindfulness puede ayudarnos a cultivar ambas.
La sabiduría surge de tener una percepción precisa de la vida. Es sabio soltar las ideas, historias y reacciones que cubren las experiencias, es sabio también mirar profundamente en el flujo y la naturaleza cambiante de ambas experiencias, agradables y desagradables, como si estuvieran surgiendo y pasando como olas del océano.
La amabilidad y la compasión surgen cuándo extendemos esta percepción a los demás. Es conmovedor ver cómo los seres humanos nos enfrentamos a las mismas dificultades y somos propensos a las mismas tendencias. Las vivimos como si fueran únicas pero actuamos con los mismos dramas y luchamos con los mismos sufrimientos.
"Hay una diferencia sustancial entre empatía y compasión. La empatía es la capacidad de sentir lo que sienten los demás. La compasión es un estadio superior, es tener el compromiso y las herramientas para aliviar el sufrimiento." Dr. Richard J. Davidson, doctor en Neuropsicología, investigador en neurociencia afectiva
Te invito a ver el siguiente video sobre: ¿Qué es mindfulness y cual es rol de la compasión en nuestros programas?
Kristin Neff, PhD, investigadora de la Universidad de Texas, establece las diferencias entre la autoompasión y el zarandeado concepto de “autoestima”. La autoestima implica la evaluación positiva de uno mismo y, a menudo, la necesidad de ser especial y ubicarse por encima de un supuesto promedio. La auto-compasión no está basada en comparaciones, sino todo lo contrario: se apoya en nuestras similitudes profundas con los demás por el mero hecho de compartir la condición humana.
Respondiendo amablemente a toda nuestra experiencia
Aunque la intención de esta práctica es empatizar con los demás, comenzamos con nosotros mismos, sólo es posible conectar con los demás si tenemos atención, apertura y honestidad hacia nuestra propia experiencia. Podrás notar que esta primera etapa de la práctica también contiene el proceso de los seis pasos de Respira Vida Breathworks.
Abriéndose a lo Desagradable: "si hay dolor, me permito sentirlo" Aceptación y auto-compasión
Lo desagradable o difícil es una parte inherente e inevitable de la vida, e incluso si te sientes feliz, aún habrá algunas pequeñas molestias. Si tienes sensaciones fuertes de dolor, abre suavemente tu atención hacia ellas con sensibilidad y amabilidad. Si el dolor o la inquietud es predominantemente mental o emocional, busca su eco en el cuerpo, por ejemplo, si estás ansioso, esto puede hacer eco como tensión en el estómago. Traer la atención a estos ecos físicos de tus sensaciones, te ayuda a mantenerte asentado con el momento presente.
Puede parecerte extraño llevar tu atención a los aspectos dolorosos o desagradables de tu experiencia, pero al hacerlo estás diciendo: “si hay dolor, me permito sentirlo”, de esta manera te abres a todo, incluyendo a lo desagradable y te ocupas de él con suavidad, amabilidad y ternura.
Observando la naturaleza cambiante del dolor
Cuando aprendes a mirar las sensaciones dolorosas o desagradables, también investigas sus propiedades o naturaleza. Comúnmente, en nuestro intento por alejar el dolor o los pensamientos difíciles, les hacemos parecer más sólidos de lo que realmente son. Se convierten en el “enemigo”, cuando en realidad el dolor de espalda o la tristeza, son un flujo de sensaciones, pensamientos o sentimientos.
Buscando lo placentero o ir al encuentro de lo agradable
Una vez que hayas suavizado un poco tu resistencia a lo desagradable, probablemente te sentirás más sensible y atento y con mayor capacidad para apreciar los aspectos placenteros del momento presente. Irónicamente, cuando rechazamos el dolor también nos paralizamos ante el placer. Es por esto que iniciamos esta práctica de meditación con la fase de apertura hacia lo desagradable antes de enfocarnos hacia lo placentero. Al desarrollar la actitud de un explorador en busca del tesoro escondido, puedes hacerte más consciente de la temperatura de tus manos, o de algo tan simple como el hecho de no tener hambre. Puedes notar alivio en las inmediaciones de tu corazón al relajarte en una aceptación honesta del momento presente.
Convirtiéndonos en un recipiente más grande o ampliar/ganar perspectiva
Habiendo explorado los aspectos placentero y doloroso de tu experiencia, ahora expande tu perspectiva sobre ésta e intenta tener la sensación de que eres un “recipiente más grande”, capaz de aceptar los aspectos tanto placenteros como dolorosos del momento. Cuando sientas que te estás aferrando a la aversión o al deseo, regresa a tu centro emocional nuevamente y continúa sentado ante el flujo de la experiencia.
Dentro de esta amplia atención puedes investigar la naturaleza de la experiencia desde un punto de vista de totalidad e integración. El vivir con los cambios continuos de la vida, sin intentar atraparlos o rechazarlos, crea una perspectiva fuerte y estable.
La atención plena o mindfulness dice: “nota el dolor” y la auto-compasión o self compassion: dice “date mucho cariño en medio de dolor”; dos maneras de abrazar nuestras vida de un modo más incondicional. C. Germer (autor del libro“El Poder de Mindfulness” y psicólogo clínico especializado en mindfulness y en psicoterapia basada en la compasión)
Darse cuenta de los patrones y tendencias de comportamientos que compartimos: humananidad compartida
También alentamos a la gente a que usen sus propias circunstancias como una oportunidad para llegar a entender más profundamente la condición humana. Todos los cuerpos están sujetos a la enfermedad y a la degeneración que viene con la edad. Podemos aprender a vivir en el punto de equilibrio entre hacer todo lo que podemos para ayudarnos, por un lado, y aceptar las dificultades inevitables de la vida por otro. Empeñarnos en buscar una “cura” para nuestra enfermedad o dolor muchas veces no hace sino llevar a más sufrimiento. Llegando a entender más profundamente la humanidad, es posible asumir nuestras propias dificultades mientras al mismo tiempo desarrollamos empatía con las otras personas que sufren.
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