Alimentación consciente

La alimentación ha sido una constante a lo largo de la historia de la humanidad. Conseguir alimentos para nuestro sustento para sobrevivir ha sido una preocupación de nuestra especie, e incluso se considera que determina el futuro y el destino de la misma.

Así como la respiración es un proceso esencial para nuestra vida, la alimentación requiere un esfuerzo deliberado para poder producir alimentos, cosecharlos, cultivarlos, comprarlos, cocinarlos e ingerirlos.
Cervera (1) define la alimentación como el “proceso de selección de alimentos, fruto de la disponibilidades, el aprendizaje de cada individuo que le permitirán componer su ración diaria y fraccionarla a lo largo del día de acuerdo a sus hábitos y condiciones personales. Estando todo este proceso influido por factores socioeconómicos, psicológicos y geográficos adquiriendo, por tanto, un carácter voluntario”.


El proceso de alimentación está muy ligado a las emociones. Recordemos que cuando se amamanta a un bebé, a la vez que se le alimenta se le abraza. Es un proceso natural ligado a la transmisión de amor, y al finalizar la comida se les pone erguidos y con el estómago lleno se les da unas palmaditas (que también son un gesto de afecto en los abrazos) para que eructen. Desde muy pequeños tenemos ligadas muchas emociones, como el afecto, a la comida y como ejemplo solo hay que recordar que socialmente no hay ninguna celebración que no se festeje con comida.


Todo este proceso  de alimentarnos que nos parece voluntario se puede convertir en un proceso casi instintivo, de carácter automático y falto de conciencia.

La Atención Consciente, Atención Plena, o mindfulness,  o las diferentes acepciones de la tradición budista (apramada, samjaña o sati) como se la designa en pali, es una práctica en la que tomamos conciencia de las distintas facetas de nuestra experiencia en el momento presente.  Esta cualidad también la podemos llevar a la alimentación. Podemos aprender a ser conscientes de cómo nos relacionamos con la comida, cómo nos sentimos (tanto física como emocionalmente), y cómo respondemos o reaccionamos ante el proceso que supone alimentarnos para mantener la vida.

Comer es una parte muy importante en nuestra vida cotidiana, sin embargo, es muy fácil desconectarse de un proceso que realizamos a diario y varias veces al día.  Nos podemos encontrar que casi sin darnos cuentas que nos sentamos a comer, si es que nos sentamos, y en un momento en que nuestro plato estaba lleno, y al siguiente, se encuentra completamente vacío.  Y ocasionalmente podemos darnos cuenta de repente haciéndonos la pregunta ¿Que pasó? Casi no he saboreado la comida, no disfruté ni de un bocado, tengo ganas de más, mi plato está completamente vacío y no me he dado cuenta ni de un bocado.


Mindfulness es la base de toda vida creativa, ya que nos permite ser honestos, pragmáticos, despiertos, valientes, y vivir con un sentido profundo de iniciativa que también podemos llevar a la alimentación. Al llevar mindfulness a la alimentación surge todo un campo que se puede denominar comer con atención plena, comer atentos, comer con cuidado o simplemente comer mindful.

La alimentación consciente está íntimamente relacionada con la salud, pero también con la paz. Aplicar el cuidado a esta necesidad básica de nuestra persona y  nuestra sociedad es indispensable para la perpetuidad del grupo social, para la sostenibilidad de la vida en nuestro planeta y para el bienestar de nuestra persona.

La forma en que nos relacionamos con la comida es un reflejo de cómo nos relacionamos con nuestro entorno, con nuestras emociones y con nuestra propia persona. Comer mindful puede ayudarnos a ser mas conscientes de nuestras acciones, pensamientos, sentimientos y motivaciones, y ayudarnos a explorar y transformar todo aquello que nos incomoda actuando de una forma más creativa.
 
Podemos cambiar la forma mecánica y automática de comer mediante el establecimiento de una práctica de alimentación consciente a diario.  Para tener una práctica de comer mindful o comer con cuidado no es necesario comer todas las comidas con atención consciente. Sólo el hecho de introducir una práctica de conexión con lo que vamos comer y hacerlo de forma consciente  en un par de bocados al día, puede ayudarnos a conocernos mas  e identificar cómo es nuestra relación con la comida.

Dr. Silamani Guirao-Goris

Fecha de actualización: 27/11/2015


(1) Cervera P, Calpes J, Rigolfas R. Alimentación y dietoterapia. McGraw Hill –Interamericana, 2004


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