Por Kate Fitzroy
En el curso de Mindfulness para Mujeres, comenzamos por nuestra relación con el cuerpo. Mi cuerpo, donde yo habito, siento, percibo, disfruto – que es también este cuerpo que envejece y a veces me causa molestias o incluso dolor. Vidyamala nos hace la pregunta ¿No es contra-intuitivo empezar un curso para mujeres por el cuerpo, después de tantos años de feminismo, reclamando que la mente y el alma son lo que más cuentan de nosotras? Hemos protestado tanto contra las imágenes sexualizadas del cuerpo ‘ideal’, estas imágenes que nos presionan a desear que nuestro cuerpo sea de otra manera, más atractiva, y que sugieren que los otros nos van a juzgar por nuestro aspecto físico.
Pues sí: aunque Vidyamala no discute que las protestas feministas tengan fundamento, empezamos el curso por el cuerpo. Apreciar tu cuerpo y todas las cosas maravillosas que hace por ti – da igual su forma, talla o color – es una parte muy importante de la atención consciente, o mindfulness. Ser consciente de una misma, ser orgullosa del cuerpo, en vez de luchar a conformarnos con las ‘normas’ sociales, es totalmente coherente con la práctica. Día tras día, muchas de nosotras pasamos tanto tiempo ‘en la cabeza’ que casi nos olvidamos que tenemos un cuerpo, perdemos todo sentido de él.
Y esto se paga muy caro. Tu cuerpo forma parte de quien eres, y no puedes llegar a una práctica auténtica de mindfulness si vives alienada de él. La falta de autoconfianza y de conexión con tu cuerpo, sea lo que sea la razón (tal vez, físicamente, no te permite hacer lo que quieres hacer o, estéticamente, tu percepción es que tu cuerpo no está a la altura de tus expectativas, o a las de los otros) – esto te puede roer desde dentro. Te quita cada vez más la confianza en ti misma, y, en el peor de los casos, te lleva a envidiar a las personas que percibes como más capaces o más delgadas o más guapas. Y es un círculo vicioso porque cuanto más a disgusto estás con tu cuerpo, más te desconectas de él, y más vives con estrés y inquietud. Un círculo horrible.
Pero, por otro lado, el hacerte más consciente de tu cuerpo, esta herramienta extraordinaria, te dará una base estable. La conciencia corporal te da una ´fuerza esencial’ que no encuentras en ningún gimnasio. Te proporciona una y otra vez un ancla para la mente.
Así que, ¿Qué mejor sitio para empezar un curso de mindfulness que el cuerpo?
En ‘Mindfulness para las Mujeres’, Vidyamala dice que quiere que en vez de meramente ‘existir’ - ¡brillemos! Empecemos, entonces, por apreciar nuestro fantástico cuerpo.