Día 5 de 21 días de práctica de gratitud (ir a la bitacora de todos los días)
Cuando niña era una apasionada de las ciencias naturales. Con el estudio de los órganos internos del cuerpo humano mí curiosidad me llevo a proponer poder ver en un animal vivo, como funcionaban los órganos. En mi mente infantil no imaginé que el animalito tendría que morir. El día de la realización del proyecto lo supe. Y pasé de promotora del proyecto de ciencias a ser su más radical oponente. Mi breve campaña en contra no funcionó. Solo me quedo llorar. El pensamiento más triste era que el animalito no podía decidir sobre su propia vida. El más desolador es que yo había participado en la idea de quitársela. Impotencia. Mirar el sufrimiento y no poder hacer nada. Tengo que agradecer a ese pequeño conejo la enseñanza de la compasión, el aprendizaje de que mis acciones tienen consecuencias.No es de extrañar que me hiciera vegetariana tan pronto. Activista en defensa de los animales un segundo después. No sólo porque nos los comemos. Los usamos para el trabajo, los acorralamos, los echamos de su hábitat, los envenenamos con nuestros desperdicios, experimentamos con ellos, los matamos por diversión. A cambio de ello, participamos en la muerte de 150 especies de animales cada día. ¿Por qué? Porque podemos. ¿Por qué? Porque no extendemos nuestra práctica de mindfulness, gratitud y compasión hacia ellos.
Quizá este artículo es demasiado personal. Quizá te estás preguntando que tienes tú que agradecer a un animal más allá del perro o gato con el que compartes vida.
Algunas ideas:
1 Puedes agradecer tu propia humanidad e inteligencia a los animales. Comer carne animal contribuyó a el estado actual de nuestra especie: un cerebro más grande, un aparato digestivo más pequeño, desarrollo de habilidades, creación de herramientas, necesidad de socialización e incluso del lenguaje. Lo cual no quiere decir en absoluto que en una sociedad como la nuestra aún sea necesario su consumo, mucho menos en la forma en que la industria cárnica funciona actualmente. Leer más
2 ¿Tomas medicinas, usas una prótesis, tienes un aparato contra el asma, te han vacunado para no enfermar? Todo ha sido experimentado antes en animales. Actualmente se buscan cada vez más formas que no utilicen animales, aunque queda mucho por hacer. Tienes mucho que agradecer.
3 ¿Tienes un amigo ciego, un hijo autista, una tía con Alzheimer, padeces depresión?. Muchos animales han sido entrenados con éxito para ayudar a todo tipo de personas con distintas dificultades.
4 Miles de personas han sido salvadas del fuego, encontradas bajo los escombros de un terremoto, rescatadas en la nieve por un animal.
5 La agricultura se desarrolló en conjunto con la inteligencia del hombre y la fuerza de los animales.
6 Durante años los animales nos facilitaron el trasporte.
¿En qué forma agradecer y mejorar la vida de nuestros co-habitantes terráqueos?
1 No asistas a “espectáculos” con animales.
2 Reduce o elimina el consumo de carne.
3 Garantiza que los productos que consumes no hayan sido experimentados en animales.
4 Se voluntario o benefactor en centros de rescate o re-habilitación de animales
5 No uses productos de piel.
6 Reduce tu consumo de plástico: miles de especies animales mueren o viven enfermas por el plástico desechado en el mar.
7 Adopta un animal abandonado.
8 Defiende y apoya proyectos de protección de la vida silvestre.
9 Si haces turismo y quieres conocer los animales del país que visitas, busca que sea con asociaciones que los protegen o rescatan, no que los explotan.
10 La próxima vez que tengas un insecto en casa, no lo mates, encuentra la forma de sacarlo de tu hogar sin lastimarlo.
¿Qué piensan y sienten los animales? Carl Safina en TedTalks