Estos resultados no aparecerán en ninguna postal de Hallmark, pero la investigación ha demostrado que el amor romántico tiende a activar las mismas áreas de recompensa del cerebro que la cocaína.
Ahora investigadores de la Yale School of Medicine estudiando a meditadores han encontrado que una variedad de amor menos egoísta - un profundo y genuino deseo por la felicidad de los otros sin expectativas de recompensa - de hecho apaga las mismas áreas de recompensa que se encienden cuando los amantes se ven el uno al otro.
“Cuando realmente, no egoistamente deseamos el bienestar de otros, no obtenemos el mismo ímpetu de excitación que viene con, digamos, un tweet de la persona que nos interesa romanticamente, porque no se trata para nada de nosotros", ha dicho Judson Brewer, profesor adjunto de psiquiatría en Yale, ahora en la University of Massachusetts.
Brewer y Kathleen Garrison, investigadora postdoctoral en el Departamento de Psiquitría de Yale, reportan sus resultados en un artículo programado para ser publicado online el 12 de febrero en la revista Brain and Behaviour (Cerebro y Comportamiento).
Las fronteras neurológicas entre esos 2 tipos de amor se vuelven claras en los escanners de imagen de resonancia magnética funcional de meditadores con mucha experiencia. Los centros de recompensa del cerebro que son fuertemente activados por la cara de un amante (o una foto de cocaína) son casi completamente apagados cuando a un meditador se le instruye repetir en silencio frases como "Que todos los seres sean felices".
Ese tipo de meditaciones mindfulness son una materia prima del budismo y ahora son practicadas de manera común en programas de reducción del estrés en Occidente, nota Brewer. La tranquilidad de ese amor no egoísta por otros -ejemplificado en figuras religiosas como la Madre Teresa ó el Dalai Lama -es diametralmente opuesto a la ansiedad causada por la riña con un amante o una extendida separación. Y lleva consigo sus propias recompensas.
"La intención de esta práctica es específicamente fomentar amor no egoísta -sólo ponerlo ahí fuera sin buscar ni querer nada de vuelta," ha dicho Brewer. "Si te estas preguntando cual es la recompensa en ser no egoísta, sólo reflexiona en como se siente cuando ves a personas ahí fuera ayudando a otros, o incluso cuando mantienes la puerta abierta para alguien la próxima vez que estés en un bar".
Enlace al articulo en inglés: Meditation helps pinpoint neurological differences between two types of love
Gracias Lauren por la traducción