La resiliencia es una palabra que estamos utilizando cada vez más en tiempos de crisis, la capacidad de resurgir o florecer, como la primavera.
Puede parecer algo nuevo, pero para los practicantes de mindfulness no lo es. Resiliencia es una cualidad que nace de la práctica misma.
Hay 12 cualidades mindfulness y compasión que definen nuestro programa MBPM que pueden ayudarte a descubrir la resiliencia:
No juzgar. Algunos momentos durante el día, intenta tomar una postura de "observador "de tu propia experiencia. Mira con ojos frescos tu situación, evita los juicios "automáticos" o tomar partido. Retira por un momento la emocionalidad reactiva ante un hecho que estés viviendo.
Paciencia. Cultiva el amor hacia ti mismo y tu proceso. Sin comparaciones. No importa "a donde has llegado" si no "desde dónde vienes". Respeta tu propio camino, tus logros. Así como tú tienes una lucha, todos los que te rodean tienen la suya propia. Respira y se paciente con la tuya.
Mente de Principiante. Mira con curiosidad, como si fuese la primera vez que vives algo. Ningún momento se repite. Retira las expectativas, idealizaciones o conjuras de fracasos. Cada momento tiene oportunidades únicas si le das la oportunidad.
Confianza. Confía en ti mismo, en tu intuición, en tu sabiduría. Nuestra única aspiración debe ser vivir de acuerdo con nuestros valores e ideales. Respira. Abandona el "debería", los "demás.". Céntrate en ti.
No esforzarse. ¿Cómo? Si, en un mundo lleno de exigencias, de citas, de logros y comparaciones, la práctica de mindfulness te propone "renunciar" a la búsqueda de resultados. Por ejemplo, la relajación puede ser uno de los resultados de la práctica de meditación, sin embargo, es un error acometer su aprendizaje buscando la tranquilidad como algo que conseguir. No esforzarse tiene relación también con la exploración de "ser" en lugar de "hacer". Valorarte por tu existencia misma, no por la suma de lo que haces en un día. Un día a la vez.
Aceptación. La realidad no está en tu contra ni a tu favor. Es lo que es. Aceptar el presente, sin intentar que sea de otra manera te da la libertad de decidir y de elegir cómo actuar. No se trata de resignarse. La aceptación te abre a una perspectiva más amplia de tu experiencia y te ayuda a tomar decisiones sin empañarte por tu propia reactividad.
Soltar. Cuando comenzamos a poner atención a nuestra mente, nos descubrimos constantemente en el pasado o en el futuro. En la meditación aprendemos poco a poco a soltar, contactando con el cuerpo, con la experiencia, con estar aquí y ahora, en el presente.
Generosidad.
Gratitud.
Amabilidad En nuestra cultura, cuando pensamos en la amabilidad, tenemos la idea de que siempre debemos estar ahí para otros. Esta puede ser una idea agotadora. Desde la perspectiva de mindfulness la base de la amabilidad es el amor hacia ti mismo. Eso no significa egoísmo o ensimismamiento. Estar consciente y ser amables trata más sobre ser realista y conocer tus limites, descubrir tus límites. Por ejemplo; si sientes resentimiento hacia alguien puede ser una señal de que tienes que volver a pasar tiempo amoroso contigo mismo.
Compasión. Es lo opuesto a la pena o la lástima que nos alejan de la experiencia de dolor (propia o ajena). La compasión es acercarse de manera abierta y suave al dolor para ser capaz de estar con él. Estar con el dolor, verlo a los ojos, es una herramienta para comprendernos y ayudarnos a nosotros mismos a salir de allí. Vivir el dolor en el presente nos conecta con nuestra parte más humana y nos hace sentir arropados por todos aquellos que como nosotros sufren o han sufrido. No estamos solos.
Amplia apertura apreciativa. Es la capacidad de incluir de manera simultánea todos los aspectos de la experiencia. Descubrir en el momento doloroso un destello de luz infinitamente bello, conectar en un momento de felicidad con la pérdida de aquello a lo que hemos renunciado para estar así. De esta forma te das cuenta de que las experiencias de la vida surgen y se desvanecen momento a momento incluyendo plenamente todo lo que ocurre en tu presente. toda tu experiencia dentro de una perspectiva más amplia, con ecuanimidad, con profundidad. "Metafóricamente hablando nos convertimos en un yate de alta mar surcando el océano en medio de las olas del placer y el dolor, más que un “bote pequeño” que se ve lanzado de un lado a otro y que incluso se hunde".
Recuerda que la práctica de mindfulness no es un camino lineal, cada momento es una oportunidad de practicar y en cada instante una cualidad diferente puede ser desarrollada ¡Ánimo!