En 2011 conocí a Dharmakirti en la ciudad de México. Venía a facilitar en aquel entonces los primeros cursos de Respira Vida al Centro Budista de la Ciudad de México. Fue el primer contacto, de manera muy soslayada con el modelo de Respira Vida. Digamos que quedaron sembradas las primeras semillas del curso en mí. En noviembre de 2011 recibí la ordenación dentro de la tradición Triratna en un retiro, al cual también asistió Dharmakirti.
Desde entonces fui profundizando en la práctica dhármica todos estos años. Pero durante la pandemia, o quizás un poco antes noté que había entrado en un impasse. Me sentía un poco empantanado en la meditación. Fue entonces que en 2022 entré en contacto con Respira Vida a través de un curso de Mindfulness y compasión para la salud. Sentí que algo comenzaba a moverse y destrabarse en la práctica personal. Comencé la formación como profesor del modelo de Respira Vida en 2022 y ahora en este año estoy concluyendo el ciclo de la formación con los últimos trámites para la certificación como facilitador.
Al día de hoy me doy cuenta de que tanto la práctica personal dentro de Triratna como la práctica del modelo de Respira Vida se nutren uno a otro. Se han influido positivamente, lo que me tiene por demás agradecido e inspirado para continuar por el sendero que abreva de ambas ramas: la práctica budista y la práctica en Respira Vida.
Quiero agregar pocos detalles más. Desde hace unos once años más o menos tomé la práctica del yoga de manera seria y he ido profundizando en ella. Realicé algunas formaciones como profesor en algunos estilos. De igual modo inicié la práctica del chi kung. Ambas disciplinas me han permitido ir profundizando en el aspecto de conciencia corporal, sin dejar de lado el aspecto mental, vertiente que está presente de manera patente en ambas prácticas. Así el yoga y el chi kung también me han aportado elementos para apoyar la práctica dhármica y en Respira Vida.