Tras una profunda búsqueda de identidad y sentido en un momento de mi vida, contacto con el Tai Chi trabajando la meditación en el movimiento y la consciencia corporal. Después de un tiempo en esta disciplina me concentro en la meditación sedente, la lectura y reflexión del Tao, I Chi, budismo…
Con las lecturas budistas conecto de manera vital y comienza una búsqueda del contexto adecuando para poder desarrollarme en sus enseñanzas, el Dharma.
Encuentro el Centro Budista de Valencia de la Orden Triratna. En esta Comunidad comienzo el estudio del Dharma, la ética y una práctica profunda y continuada realizando numerosos retiros tanto solitarios como en grupo durante los últimos años.
A la par de mi práctica personal, he formado parte del equipo de docentes y facilitadores del Centro Budista, colaborando en varios proyectos desde el año 2011.
Desde marzo de 2017 soy miembro de la Orden Budista Triratna, donde mi preceptor me puso el nombre de Yashomani, que significa: “La joya excelente”.
La inspiración y el poder transformador del Dharma me empujaron a explorar la manera de poder compartirlo con los demás, dar aquello que de alguna manera se me dio. La palabra que me inspiraba y representaba mucho de lo que yo sentía era “Sati”, atención consciente o mindfulness, la palabra en Pali que señala el enorme potencial que hay en cada uno de nosotros.
En este contexto contacto con Respira Vida Breathworks y el mindfulness.
“En la sutil línea de la leve sonrisa de una Rupa (imagen del Buda) se encuentra todo el universo que anhelamos como si estuviera fuera de nosotros, con la atención consciente y libre de juicio devolvemos la libertad a los millones de mundos que constantemente están en continuo cambio y a los que pertenecemos tanto como nos pertenecen”.