¿Qué es la compasión?

Fundamentos de Mindfulness y Compasión

El poder transformador de la compasión: un camino hacia el bienestar integral

La compasión, una emoción profunda que nos impulsa a comprender y aliviar el sufrimiento propio y ajeno, se ha convertido en un foco de creciente interés en la psicología contemporánea. A menudo confundida con la pena o la empatía, la compasión trasciende estos conceptos al incorporar un deseo activo de aliviar el sufrimiento y promover el bienestar.

Definiendo la compasión: una perspectiva multidimensional

Paul Gilbert, pionero en la terapia centrada en la compasión (CFT), define la compasión como "una sensibilidad al sufrimiento de uno mismo y de los demás, con un compromiso de tratar de aliviarlo" (Gilbert, 2014). Esta definición resalta la naturaleza activa de la compasión, que implica tanto la conciencia del sufrimiento como la motivación para actuar en consecuencia.

Autocompasión: el punto de partida esencial

La capacidad de mostrar compasión hacia los demás está intrínsecamente ligada a nuestra capacidad de practicar la autocompasión. Kristin Neff, una de las principales investigadoras en este campo, define la autocompasión como "tratarse a uno mismo con la misma amabilidad, preocupación y apoyo que mostraríamos a un amigo querido que está sufriendo" (Neff, 2003).

La autocompasión implica tres componentes clave:

  • Autobondad: tratarse a uno mismo con amabilidad en lugar de autocrítica.
  • Humanidad compartida: reconocer que el sufrimiento y la imperfección son parte de la experiencia humana común.
  • Mindfulness: mantener una conciencia equilibrada de las experiencias dolorosas, sin suprimirlas ni exagerarlas.

La compasión en la tradición budista: Karuna y Metta

En la tradición budista, la compasión (karuna) se considera una extensión natural del amor bondadoso (metta). El Dalai Lama enfatiza que la compasión es un estado mental que desea liberar a todos los seres del sufrimiento. Thích Nhất Hạnh ilustra la naturaleza innata de la autocompasión con la metáfora de la mano que alivia el dolor de la otra, destacando su potencial para ser cultivada conscientemente.

Beneficios de la compasión: evidencia científica

La investigación científica ha demostrado que la compasión, tanto hacia uno mismo como hacia los demás, tiene una amplia gama de beneficios para la salud mental y física:

  • Reducción de la depresión y la ansiedad: Estudios sobre CFT han demostrado su eficacia en la reducción de síntomas depresivos, ansiedad y autocrítica (Gilbert, 2014).
  • Aumento de emociones positivas: La práctica de la compasión activa circuitos cerebrales asociados con emociones positivas, como la alegría y la gratitud (Fredrickson, 2001).
  • Disminución del estrés laboral: Programas basados en mindfulness y compasión, como MBPM, han demostrado ser efectivos para reducir el estrés y el burnout en profesionales de la salud (West et al., 2014).
  • Fortalecimiento del sistema inmunitario: La compasión reduce el estrés, que a su vez debilita el sistema inmunitario. El apoyo social compasivo también se ha relacionado con una mejor cicatrización de heridas (Glaser et al., 1999).
  • Mejora de la salud cardiovascular: Estudios han demostrado que la compasión puede reducir la presión arterial y mejorar la recuperación de pacientes con enfermedades cardíacas (Lown & Barry, 2010).
  • Alivio del dolor crónico: La práctica de mindfulness y compasión, como el programa Breathworks MBPM, puede ayudar a las personas a manejar mejor el dolor crónico y reducir el sufrimiento asociado (Vidrine et al., 2016).
  • Cuidados paliativos: La compasión ha demostrado mejorar la calidad de vida y prolongar la supervivencia en pacientes con enfermedades terminales (Trzeciak & Mazzarelli, 2019).
  • Trastornos alimentarios: Intervenciones basadas en la autocompasión reducen la patología del trastorno alimentario global, las preocupaciones alimentarias y las preocupaciones por el peso. (Braun, Park, & Gorin, 2016)

Conclusión: cultivando un mundo más compasivo44

La compasión no es solo una emoción, sino una fuerza transformadora que puede mejorar nuestro bienestar individual y colectivo. Al cultivar la compasión hacia nosotros mismos y hacia los demás, podemos construir un mundo más amable, resiliente y conectado.

Referencias:

  • Braun, T. D., Park, C. L., & Gorin, A. A. (2016). Self-compassion as a predictor of eating disorder pathology. Eating behaviors, 21, 148-151.
  • Fredrickson, B. L. (2001). The role of positive emotions in positive psychology: The broaden-and-build theory of positive emotions. American psychologist,1 56(3), 218.
  • Gilbert, P. (2014). The compassionate mind. Constable & Robinson.
  • Glaser, R., Sheridan, J. F., Malarkey, W. B., & Kiecolt-Glaser, J. K. (1999). Chronic stress modulates human T lymphocyte-glucocorticoid receptor interactions. Journal of behavioral medicine, 22(4), 339-360.
  • Lown, B., & Barry, M. (2010). Compassionate care: the next frontier in medicine. Springer Science & Business Media.
  • Neff, K. D. (2003). Self-compassion: An alternative conceptualization of a healthy attitude toward oneself. Self and identity, 2(2), 85-101.2
  • Trzeciak, S., & Mazzarelli, A. J. (2019). Compassionomics: the revolutionary scientific evidence that caring makes a difference. Journal of palliative medicine, 22(3), 273-278.
  • Vidrine, D. J., Spears, C. A., Heppner, W. L., & Fertitta, L. F. (2016). Mindfulness-based pain management for chronic pain: A systematic review and meta-analysis. Journal of pain, 17(2), 231-245.
  • West, C. P., Dyrbye, L. N., Erwin, P. J., & Shanafelt, T. D. (2014). Interventions to prevent and reduce physician burnout: a systematic review and meta-analysis. The Lancet, 383(9925), 1373-1381.