Más espacio. Más tiempo. Un recipiente más grande. Una perspectiva más amplia. Todas esta expresiones se refieren a la misma cosa: tener más capacidad de reacción para reaccionar con elección, no reaccionar con los impulsos. Voy a hablar desde mi experiencia, desde mi apreciación de la reacción a mi problema cuando estoy inmerso en la práctica de la meditación y del mindfulness en general.
¿Os ha pasado que cuando os duele algo mucho o estáis en una situación de ansiedad hay un momento en que reventáis y os refugiáis en tomar más calmantes de los necesarios, o en beber algún vaso de cerveza o de vino de más, o en poneros a llorar o en llamar a alguien para que, desconsoladamente, te escuche? A mi sí. Vivir con un dolor crónico hace desatar algunas (o todas) de las cosas de las que aquí hablo. La desesperación. Vivir con un dolor que está presente durante todo o casi todo el día sin saber si tiene o no solución es algo muy gordo a lo que enfrentarse.
Voy a intentar describir lo que a mí me pasa en el proceso de explotar cuando ya no puedo más y cómo, con la práctica de la meditación, esas explosiones han disminuido aunque no desaparecido.
Cuando estoy atrapado en el dolor o la ansiedad, el detonante de la explosión es el pensar que no hay solución. Cuando pienso que no hay solución noto como la ansiedad y el dolor se potencian y acabo cometiendo alguno de los excesos que he descrito anteriormente. Por lo tanto, para evitar esto, hay que llegar, de alguna forma, a la convicción de que sí hay solución. No una solución concreta al problema original (que puede que no tenga solución), pero sí una solución a esa sensación de no poder más. Para ello la meditación me proporciona un momento de paz (mientras medito y después de hacerlo) en el que me permito dedicar un tiempo a observar (desde una postura en la que no sienta el dolor o lo sienta menos, en mi caso tumbado con un cojín bajo la rodilla) las sensaciones físicas y mentales que tengo en ese momento. En ese instante lo que estoy haciendo es observar mi problema (dolor, ansiedad…) desde “fuera” de mi, soy un observador exterior y observo cómo el dolor en ese momento no es siempre tan intenso, cómo va y viene, cómo la ansiedad tiene sus momentos de descanso también. Practicar esto varias veces al día es como poner el temporizador de la bomba que va a estallar en pausa. Y si esto lo hago un día y otro y otro al final cuento con más tiempo, más perspectiva, antes de la explosión. Y teniendo más tiempo y más perspectiva tengo más espacio para manejarme en mi problemática. Más tiempo para disfrutar de la vida, aunque la vida sea estar en casa sin salir.
Voy a poner un ejemplo sencillo que todo el mundo va a entender.
Imaginemos una bomba de relojería de esas de las películas. Esas que van a estallar y que tienen un contador de marcha atrás. Imaginemos que el contador es de 10 minutos. ¿Qué pasa entonces? Pues que en 10 minutos la bomba estalla y todos vamos a morir. Esos diez minutos son angustiosos, y conforme el tiempo se acaba nos sentimos peor y con menos recursos para poder encontrar una escapatoria. Pues eso es lo que me pasa. El hecho de practicar mindfulness hace que pueda poner ese contador en pausa y me de tiempo a respirar y a tomarme la situación de otra manera, a poder pensar con calma para decidir cómo actuar. ¿Qué ocurre después de mi práctica de meditación y de haber estado un rato descansado y poniendo atención a mi respiración y a mis sensaciones? Que retomo mi día a día con el contador de la bomba otra vez a CERO. Vuelvo a tener mis diez minutos antes de que vaya a estallar de nuevo sin haber tenido que estallar (recuerdo que estallar significa refugiarse en una serie de abusos que no son nada convenientes). Pero no es volver a poner el contador a CERO ante de que estalle la bomba el único beneficio. Lo que es increíble es que con la práctica vas aumentando tu fortaleza y ese tiempo de 10 minutos se va incrementando, pudiendo llegar, por ejemplo, a 30 minutos. ¿No es más cómoda una vida teniendo 30 minutos de margen antes estallar que teniendo solo 10? ¿Y si tuviésemos una hora, o dos, o tres? Esto es tener un recipiente más grande.
Espero darle vueltas a esto más adelante. Lo que quiero hacer aquí es adaptar mi experiencia a algo entendible por todos. Y repito, esto no son lecciones, solo hablo de mi experiencia. Si alguien se ve reflejado en esto entonces sería genial que pudiésemos hablar libremente aquí o por privado. No dudéis en contactarme aunque no nos conozcamos. A mi me vendría muy bien habar de todo esto con alguien, sea un experto o no tenga ni idea de nada. Un abrazo a tod@s.