Caminando en el presente
Andar es una actividad que realizamos diariamente y a la que muy raras veces le prestamos atención. La experiencia de una caminata consciente puede ser enormemente placentera y absolutamente opuesta a andar por andar para llegar a un destino. Transforma el sendero por el que caminas en un terreno para tu bienestar y tu equilibrio! Cada paso que des hazlo con plena conciencia, armoniza tu respiración con tu marcha y siente la quietud del presente.
Qué necesito
1 Si te descalzas, se intensificarán las sensaciones durante tu caminata, si bien también puedes permanecer con el calzado puesto. Antes de comenzar a andar, permanece de pie unos instantes sintiendo el contacto de los pies con el suelo: ¿cómo es?, ¿cómo están tus dedos los tobillos, el empeine?, ¿hay más peso en un pie que en otro? ¿Puedes identificar en que puntos de las plantas de los pies recae más peso?
2 Sigue inmóvil y conecta con tu respiración mientras exploras todo tu cuerpo, desde los pies hasta la coronilla, sintiendo todas sus partes.
3 A continuación, vuelve tu atención a los pies y ponte en movimiento: inicia tu primer paso y nota cómo el peso del cuerpo se desplaza hacia él y tus sensaciones corporales cambian. Hazlo muy lentamente, colocando con suavidad primero el talón, después la planta y finalmente los dedos. ¿Eres capaz de sentir la presión contra el suelo de cada una de estas partes de tu pie por separado?
4 Únicamente cuando hayas efectuado el paso por completo y sintonizado con las sensaciones, emprende el movimiento del otro pie y observa cómo se despega del suelo y se prepara para dar el siguiente paso.
5 Repite el mismo proceso sensorial en cada paso que efectúes e intenta ir lentamente mientras recorres el trayecto que te has trazado o, si estás en un lugar desconocido, déjate llevar por el sendero y descubre los nuevos paisajes con la curiosidad de un niño.
6 Durante la caminata, tu mente divagará y viaiará al pasado o al futuro arrancándote del ahora, del presente.
Limítate a percibir estos movimientos mentales y redirige la atención a las sensaciones de tus pies cada vez que suceda. No te preocupes si ocurre con frecuencia, divagar es su naturaleza y es normal que lo haga; pero sé firme y redirige una y otra vez tu atención al presente.