Practica la bondad consciente

Practica

**En el budismo, las palabras referidas a «mente» y «corazón» es la misma citta.
Cuando escuchamos el término «kindfulness», es importante entender que la atención cálida, bondadosa y amable es algo incluido en dicho término. Prestamos atención de ese modo porque cuidamos profundamente tanto de nosotros mismos como de la gente que nos rodea e incluso, en algunos casos, del mundo. Por tanto, la cualidad de la gentileza y la amabilidad es intrínseca a este trabajo. No tenemos que buscarla en ningún otro sitio, porque ya se encuentra aquí. El acto de bondad hacia los demás y hacia nosotros mismos está implícito todo el tiempo. Está implícito en los momentos en que la gente reconoce que lucha contra algo y, en lugar de seguir luchando, lo deja ser. Está implícito cuando descubrimos que la autocrítica es muy activa y la aplacamos con la cualidad de la amabilidad. Está implícito en el hecho de empezar a darse cuenta de que, detrás de todos nuestros placeres y sufrimientos, hay una humanidad compartida.

La expresión «bondad plena» no ha dejado de acompañarnos. Cuando cultivamos intencionalmente estados amorosos de consciencia, descubrimos de manera inevitable que son muchas más las cosas que nos unen que las que nos separan y nos sentimos más conectados.
Conforme vayas profundizando en tu experiencia de la presencia atenta, podrás perfeccionar la cualidad de la apertura del corazón y, gracias a ella, profundizar el matiz esencial de amor integrado en una vida atenta. Después de todo, la ciencia demuestra que la bondad con quienes se hallan en necesidad puede brindar una protección contra el estrés, y que la bondad con uno mismo incrementa el bienestar. Debemos recordar que la bondad consciente e incondicional (metta) fue enseñada por el Buda para poder superar el miedo y la ansiedad.

Práctica de kindfulness

Podemos hacer pequeñas cosas para afinar nuestro corazón.

Piensa ahora mismo en alguien al que te resulte fácil amar (puede tratarse de una persona o de un animal).

Imagina a esa persona en los momentos más felices de su vida.

Reflexiona en qué es lo que más amas de ella.

Considera también qué es lo que deseas para ella.

Tal vez sea felicidad, salud o que se sienta profundamente amada.

Observa una imagen de ella o visualízala en tu mente mientras le dices: «Que puedas ser feliz, tener salud y sentirte profundamente amada».

O bien, si te sientes muy atrevide, envíale un mensaje de texto, un correo o llámala por teléfono.