Mente de mono
Así como un mono brinca de rama en rama sin detenerse a descansar, nuestra mente salta de un pensamiento a otro continuamente. Debido a ello, a menudo realizamos muchas de nuestras actividades diarias con el piloto automático, sin prestar atención, y solo «despertamos» a ellas cuando las estamos concluyendo. Es muy común, por ejemplo, no recordar nada de un trayecto en coche o a pie hasta que llegamos a nuestro destino. Este hecho es perfectamente normal; sin embargo, es un automatismo que afecta negativamente en nuestra calidad de vida. Y es que los miles de pensamientos, imágenes e impresiones que cruzan nuestra mente constantemente disparan emociones que, muchas veces, nos conducen a estados anímicos (tristeza, ira, victimismo...) que condicionan nuestro día a día.
Este ejercicio de mindfulness te ayudará a ser más consciente de tus pensamientos lo que aumentará tu concentración en la tarea que estés llevando a cabo. Lo puedes realizar en cualquier momento y lugar, y es especialmente útil en situaciones en que tu mente esté dispersa o tengas dificultad para concentrarte.
Qué necesito
Si decides practicar este ejercicio en postura de meditación, es recomendable que uses rора cómoda y suelta y un cojín para sentarte. Ten un reloj a mano, un lápiz y un papel.
1. Antes de comenzar este entrenamiento mental, realiza unas cuantas respiraciones profundas para relajar tensiones y centrarte en el ejercicio. Con los ojos abiertos o cerrados, comienza a observar tus pensamientos sin intención de dirigirlos ni cambiarlos, únicamente presenciándolos.
2. Si el pensamiento es agradable, déjalo estar hasta que se disuelva por sí solo y si te resulta desagradable, no luches contra él: espera con calma hasta que sea sustituido por otro. Enseguida, te darás cuenta de la rápida manera en que tu mente tiende a saltar de un pensamiento a otro sin orden ni concierto. Haz esto durante unos cinco minutos.
3. Ahora, retrocede unos minutos e intenta recordar lo que pensabas. Una vez aquí, trata de trazar el recorrido que han seguido tus pensamientos para llegar a lo que estás pensando ahora.
4 A continuación, observa un reloj durante 60 segundos y apunta una marca en el papel cada vez que tus pensamientos cambien durante ese minuto. ¿Cuántas marcas has anotado?
5 La duración total del ejercicio variará dependiendo del grado de agitación de tu mente, no obstante, entre cinco y diez minutos es una buena opción. Cuando finalices, reflexiona acerca de lo que has experimentado durante su desarrollo y proponte llevar esta nueva consciencia a tu vida diaria.
No se trata de vaciar la mente, sino de ser conscientes de lo que estás pensando en vez de dejarte llevar por tus pensamientos. Sé constante y verás que la mente cada vez presenta más facilidad para asentarse en el momento presente.